miércoles, 29 de septiembre de 2010

Midori, la niña de las camelias.






La camelia es una flor de origen asiático que por su delicada belleza ha sido denominada también como Rosa del Japón, que a su vez, ha sido utilizada habitualmente en occidente como símbolo de la pureza.







Es aquí donde se encuentra la clave para entender el sentido último de Midori, la niña de las camelias, del enfant terrible del manga, Suheiro Maruo. Y es que Midori es una niña que, tras el abandono de su padre y la muerte de su madre, es recogida por un circo de atracciones al más puro estilo del de La parada de los monstruos de Todd Browning y que en un ambiente de total pervesión donde los componentes de esta barraca de deformidades se muestran aun más deformes en lo moral que en lo físico, lo cual ya es decir, representa, como la camelia, la flor pura que crece en medio de la cienaga y que a pesar de tenerlo todo en contra se resiste a revolcarse en las bajezas y crueldades a las que no tiene más remedio que asistir.








Bajezas entre las que se incluye la reiterada violación de la propia niña. De todas formas cabría aquí preguntarse si tal vez la diferencia entre Midori y sus compañeros se deba en cierta medida al hecho de que Midori no sufra ninguna tara física, pues uno tiene en ocasiones la sensación de que a estos últimos no les ha quedado más remedio que renunciar a cualquier asomo de humanidad para poder sobrevivir a un mundo que difícilmente aceptará sus deformidades físicas.




La angustiosa necesidad de la niña por huir de este mundo de pesadilla , reflejada en su atracción por los trenes, obtendrá respuesta en la aparición de Masamitsu, un enano ilusionista que se gana pronto, con su número de introducirse en una botella, la admiración del publico y la envidia de los demás componetes del circo. Masamitsu pondrá un punto de ternura y cariño en la vida de Midori, surgiendo pronto el amor entre ambos. Y es que Masamitsu supone para Midori la última oportunidad de vivir en un mundo regido por el bien, como queda probado con la completa desaprobación que esta hace de la crueldad exhibida por Masumitsu cuando este la emprende con todo el mundo en un ataque de celos. Sin embargo, el destino se mostrará cruel con la niña y en un acto de violencia gratuita segará la vida de Masumitsu, dejando a Midori sola y perdida en un mundo de ruinas.




En realidad no he leido el comic, vi la película. Ni siquiera sabía que existía, vi la portada leí el argumento y no dudé en verla al instante.

Me impactó, principalmente porque me pareció bellísima a la vez que desgarradora. La hacen bella el dibujo, los colores y esa ambientación tan tosca, donde te inunda la sensación de soledad y desamparo, desgarradora la trama. Además la vi en japonés con subtitulos en castellano. Sin palabras.

A pesar de sus escenas de violencia y sexo explícito, me ha parecido una obra de gran sensibilidad.

Desde entonces vivo ''obsesionada'' con este autor y me muero por leer uno de sus comics ''El monstruo de color rosa''

La recomiendo.

miércoles, 22 de septiembre de 2010

Yo soy la hostia, tú no.



Se pueden clasificar a las personas de muchas formas: clase social, activa inactiva ocupada desocupada, personas buenas personas malas... pero quiero hablar de una clasificación que está, sutilmente, pero está, en el maravilloso mundo de los adolescentes (los de 18 y 19 no os libráis)
Que yo sepa no hay un nombre oficial para esta clasificación, así que lo llamaré: ''normales'' y ''frikies''
Hablo primero de los segundos. Son esas personas que solo con su presencia nos dicen que son especiales, no, especiales no, raros, especial es el chico o chica que son ''más maduros para la edad que tienen'', ese adolescente melancólico litarato y ''profundo'', al que muchas chicas o chicos decimos: es tan... especial (&hearts) porque camina como si nada existiera en este mundo, se ha dejado una barba de tres días y dice cosas como: La vida es una mierda. Y le decimos: gilipollas, pero en el fondo pensamos (me pones solo por decir eso) o también puede decir: La vida es como la luz del reflejo que ilumina nuestras almas que escondidas salen tras los ojos de la persona que nos evoca la complejidad del tiempo. Te quedas igual pero suena tan bonito que decimos: Oh, que profundo! (pero ni puta idea) ¿Eso se supone que son las personas especiales? Mucha gente se creerá especial...
Las personas raras lo llevan desde que nacen, y el físico no ayuda (porque algunos no han sacado su belleza física) Muchas son personas sencillas, que no quieren demostrar nada a nadie, que tienen motivaciones mas allá de: ¿me hago un topo deshecho de moderna o me dejo el pelo suelto? personas con familia y casa (no, no viven debajo de un puente, por si no lo sabíais, a mi me costó descubrir que tienen casa como las personas normales) personas que a veces dicen demasiado lo que piensan, pero como no lo dicen con pedantería no mola, molesta, o algunos simplemente son tímidos. Unos sacan buenas notas, otros no, como todos, algunos quieren estudiar una carrera, otros un módulo (aún no he conocido ninguno que no quiera estudiar nada)
Son personas con una sensibilidad especial, otras no en especial, pero algunos tienen una sensibilidad tan profunda que molesta a los normales.
Imagino a la chica con una gran sensibilidad para el arte dramático, la futura Scarlett Johanson, que de adolescente fue marginada (del grado que sea, 10% de marginacion, 80%, el que sea), recordando al chico genial con el que perdió la virginidad y mirando ahora a los babosos que antaño fueron normales, que ahora están deseando llevársela a la cama, y esta futura Scarlett tiene la sensación de que no les gusta por su gran actuación en la película Amanecer crepuscular super profundo, sino por su escena desnuda, o por esa escena en que llevaba los labios pintados de rojo, un jersey ancho retro y una minifalda muy sensual, al fin y al cabo es lo mismo, pero sabe que no ven su sensualidad, solo su sexualidad.
También estará el chico marginado con una gran sensibilidad para la pintura, el futuro Andy Warhol, que bueno, que en vez de crear el cuadro de la sopa campbell, creará, el cuadro de la lata de favada asturiana, mismo, la gente lo admirará, lo aplaudirá, incluso dirán que es profundo. Y de adolescente se reían de sus garabatos en acuarela o simplemente le llamaban maricón o ¿no será gay? decían los más educados (o maduros).

El resto somos los normales, unos mas gordos otros mas delgados, mas guapos o mas feos, pero comparados con los raros somos dioses, uniformados, como en la foto de arriba. Pensamos que somos especiales porque un día llevamos unos zapatos retro, porque somos tan intolerantes que pensamos que nuestra forma de pensar es la única por mucho que defendamos la libertad de opinión, la madurez no está solo en defender (por ejemplo) los derechos de la mujer, aunque yo no se donde está, creo que en eso no, al fin y al cabo soy una chica más madura para la edad que tengo, y como todos los chicos y chicas mas maduros para nuestra edad soy una estúpida, aunque no nos demos cuenta, y llegamos a dar más asco que esas personas a las que marginamos.
¡Un beso a mi tribu urbana! ¡No procreéis!