miércoles, 22 de septiembre de 2010

Yo soy la hostia, tú no.



Se pueden clasificar a las personas de muchas formas: clase social, activa inactiva ocupada desocupada, personas buenas personas malas... pero quiero hablar de una clasificación que está, sutilmente, pero está, en el maravilloso mundo de los adolescentes (los de 18 y 19 no os libráis)
Que yo sepa no hay un nombre oficial para esta clasificación, así que lo llamaré: ''normales'' y ''frikies''
Hablo primero de los segundos. Son esas personas que solo con su presencia nos dicen que son especiales, no, especiales no, raros, especial es el chico o chica que son ''más maduros para la edad que tienen'', ese adolescente melancólico litarato y ''profundo'', al que muchas chicas o chicos decimos: es tan... especial (&hearts) porque camina como si nada existiera en este mundo, se ha dejado una barba de tres días y dice cosas como: La vida es una mierda. Y le decimos: gilipollas, pero en el fondo pensamos (me pones solo por decir eso) o también puede decir: La vida es como la luz del reflejo que ilumina nuestras almas que escondidas salen tras los ojos de la persona que nos evoca la complejidad del tiempo. Te quedas igual pero suena tan bonito que decimos: Oh, que profundo! (pero ni puta idea) ¿Eso se supone que son las personas especiales? Mucha gente se creerá especial...
Las personas raras lo llevan desde que nacen, y el físico no ayuda (porque algunos no han sacado su belleza física) Muchas son personas sencillas, que no quieren demostrar nada a nadie, que tienen motivaciones mas allá de: ¿me hago un topo deshecho de moderna o me dejo el pelo suelto? personas con familia y casa (no, no viven debajo de un puente, por si no lo sabíais, a mi me costó descubrir que tienen casa como las personas normales) personas que a veces dicen demasiado lo que piensan, pero como no lo dicen con pedantería no mola, molesta, o algunos simplemente son tímidos. Unos sacan buenas notas, otros no, como todos, algunos quieren estudiar una carrera, otros un módulo (aún no he conocido ninguno que no quiera estudiar nada)
Son personas con una sensibilidad especial, otras no en especial, pero algunos tienen una sensibilidad tan profunda que molesta a los normales.
Imagino a la chica con una gran sensibilidad para el arte dramático, la futura Scarlett Johanson, que de adolescente fue marginada (del grado que sea, 10% de marginacion, 80%, el que sea), recordando al chico genial con el que perdió la virginidad y mirando ahora a los babosos que antaño fueron normales, que ahora están deseando llevársela a la cama, y esta futura Scarlett tiene la sensación de que no les gusta por su gran actuación en la película Amanecer crepuscular super profundo, sino por su escena desnuda, o por esa escena en que llevaba los labios pintados de rojo, un jersey ancho retro y una minifalda muy sensual, al fin y al cabo es lo mismo, pero sabe que no ven su sensualidad, solo su sexualidad.
También estará el chico marginado con una gran sensibilidad para la pintura, el futuro Andy Warhol, que bueno, que en vez de crear el cuadro de la sopa campbell, creará, el cuadro de la lata de favada asturiana, mismo, la gente lo admirará, lo aplaudirá, incluso dirán que es profundo. Y de adolescente se reían de sus garabatos en acuarela o simplemente le llamaban maricón o ¿no será gay? decían los más educados (o maduros).

El resto somos los normales, unos mas gordos otros mas delgados, mas guapos o mas feos, pero comparados con los raros somos dioses, uniformados, como en la foto de arriba. Pensamos que somos especiales porque un día llevamos unos zapatos retro, porque somos tan intolerantes que pensamos que nuestra forma de pensar es la única por mucho que defendamos la libertad de opinión, la madurez no está solo en defender (por ejemplo) los derechos de la mujer, aunque yo no se donde está, creo que en eso no, al fin y al cabo soy una chica más madura para la edad que tengo, y como todos los chicos y chicas mas maduros para nuestra edad soy una estúpida, aunque no nos demos cuenta, y llegamos a dar más asco que esas personas a las que marginamos.
¡Un beso a mi tribu urbana! ¡No procreéis!

1 comentario:

Cuentadiplopía dijo...

Me alegro de que escribas esto. Se nota que són conclusiones que has sacado con el tiempo, y que las sientes.