lunes, 19 de abril de 2010

Poder invisible.


Suave, serena, aterciopelada, dura por dentro, risa mezquina, mirada inocente, sonrisa malvada, cuerpo de seda y mucho más dentro de ella.
Desde que ya no es humana se dejó el pelo suelto, le gusta ver algo salvaje en su físico, desde que no es humana ha sentido dolor pocas veces, se compara como era antes y como es a hora, su pelo rojizo ahora es negro, su cara lánguida ahora es dura... pero sigue pareciendo una niña que acaba de hacerse una mujer.
Mira su próxima presa y está convencida de que es fácil, muy fácil, siempre lo tiene fácil, y aun así, nunca se aburre, se acerca lentamente, como si alguien le estuviera observando, como si hiciera teatro, pero sabe que ningún movimiento más brusco y fuerte hará huir a su presa. Muerde, bebe, se alimenta de su dolor, y poco a poco ennegrece más su alma.